Tomé la herramienta de la maternidad y guardé la del doctorado.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10.

Fui criada por un papá súper disciplinado. En casa todo debía estar ordenado y bajo supervisión. Mi papá tenía una caja de herramientas llenísima de cosas, pero a pesar de la cantidad de utensilios, él siempre siempre mantenía su orden, a tal punto de reconocer cuando mi hermano o yo tomábamos algo, no importando el esfuerzo sobrenatural que hacíamos por colocarlo como lo encontramos, mi papá conocía perfectamente la posición y utilidad que él mismo establecía para cada una.

Siempre quise ser mamá. Profesionalmente como médico, Dios me ayudó a lograr establecer una relación entre mi carrera y mi caminar cristiano.

Me di cuenta de mi embarazo el 8 de abril de 2022 y en ese momento supe que ese sería por ahora, mi último año ejerciendo diariamente mi profesión.

Ese mismo año (2022), Dios preparó mi corazón para la maternidad y una de las lecciones más importantes fue la de las herramientas. Al igual que mi papá conoce lo que le pertenece, Dios puso en nosotros dones, talentos, habilidades y experiencias, cada una de ellas cumple un propósito maravilloso en las manos de aquel que los conoce porque él los creó.

Para mí, una de las tareas más difícil fue arrancar de mi mente que sólo soy doctora. Durante mis años de ministerio tuve que aprender que Dios hizo más de mí que lo que profesionalmente realizo.

Después de graduarme estuve 3 años fuera de la medicina y en todo ese tiempo realicé varios trabajos:

  • Ayudé a construir casas con misioneros canadienses.
  • Fui parte de un grupo para pintar las paredes de una casa donde se ayuda a niños con escasos recursos.
  • Múltiples veces ayudé a en la traducción de grupos de misioneros.
  • Asistí por medio de una organización, a centros penitenciarios para impartir charlas sobre valores cristianos y salud sexual.
  • Acompañé a la rehabilitación de personas en riesgo (trabajadoras del sexo, expandilleros, exdrogadictos).
  • Dios me dio la oportunidad de asistir a viajes misioneros, etc.

No escribo esto con jactancia, sino para compartir que yo desconocía totalmente todas esas facetas en mí y estoy segura que esas experiencias fueron herramientas que me prepararon para este momento.

Yo no soy doctora Rebeca. Soy Rebeca, y como hija de Dios debo ser funcional bajo cualquier circunstancia que Dios coloque en mi vida.

He entendido que la medicina es una herramienta para el Reino de Dios, pero es sólo eso, un utensilio más colocado en una caja donde hay muchas otras opciones a utilizar y el dueño de esa caja está en la total libertad de usarla cuando él requiera, y yo debo estar dispuesta a eso a pesar de mi orgullo o la percepción que otros tengan de mí.

Dios ha guardado por el momento la herramienta del doctorado y tomó la de la maternidad. Estoy segura que en su amor, él sabe que… ¡es nueva! ¡nunca antes usada! y por lo tanto brillante y reluciente, pero que con el tiempo (como cualquier otra herramienta) aparecerán rozaduras, golpes, rallones o alguna pieza rota, pese a esto, no dudo que el dueño fiel de la caja la conoce y que todos esos daños son necesarios porque está siendo algo útil en las manos del Maestro.

Aunque difícil en ocasiones, estoy disfrutando con todo mi corazón esta etapa y este rol, porque cuando el tiempo pase, mi Padre tomará de mí lo necesario para sus Eternos propósitos y mi ser completo deberá estar dispuesto y disponible SIEMPRE.

¿Es el anhelo de tu corazón ser útil en las manos del Dios que te conoce?

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar